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“La gran deuda de Aris-train. Retrato Histórico”

24  ·  10  ·  2021

El hijo ‘huido de hacienda’ del Onassis Vasco

El hombre de pelo grisáceo, muletas con manillares verdes, observa a los magistrados con la autoridad de quien posee más de mil millones de patrimonio. Tiene algo de ojeras y parece guiar con sus ojos a sus abogados. Se acomoda la mascarilla, se limpia el rostro, se sujeta la americana. José María Aristrain de la Cruz, a las 10 de la mañana del miércoles 20 de octubre, se enfrenta a un juicio por el que —Hacienda y el Ministerio Público— le reclaman prácticamente la fortuna que se le conoce: 1.408 millones y 64 años de cárcel. De pronto, cierra un poco los ojos, como dejando una rendija para contemplar mejor el espectáculo, comienza su contraataque legal. Se vuelve a acomodar la chaqueta con la misma prestancia con la que, desde los cuatro años de edad, se ajusta el chaleco antibalas.

A cuatro filas de distancia, a sus 58 años, no impone. No es espigado. No parece poseer un rostro fiero. Pero es de cerca cuando uno puede percibir que realmente no observa, escanea. Lo aprendió de sus escoltas de infancia, cuando hacía ejercicios de memoria para que detectara qué había alrededor. Personas, objetos, peligros. Su batallón de abogados, entre los que se encuentran los afamados despachos de Ignacio Ayala y José Antonio Choclán, para mediodía, en un juicio que ha tardado más de una década en producirse, ya habían reducido la pena en 400 millones. Y presentado pruebas para anular el proceso. Tal fue el envite que la fiscal titubeó. Y no encontró los papeles que buscaba. Se hizo un silencio incómodo. Y, a la distancia, los ojos de Aristrain se achinaron.

En cada receso, Aristrain mira alrededor, algo tenso. Como previniendo que una cámara le capte. Hay que calificar de obsesión el afán por la privacidad y la ocultación de él, y de su familia. Durante décadas, de José María Aristrain (Annemasse, Francia, noviembre de 1962) apenas circularon dos fotos, una de medio cuerpo, de principios de los años 2000, en la que se mostraba sonriente, bien parecido y trajeado. La otra le sitúa en su megafinca de Alía (Cáceres), agarrado a la cornamenta de un cérvido recién abatido. Lozano.

Con ellas congeló el paso del tiempo y su patrimonio a ojos del público y de la prensa, mientras él hacía y deshacía entre Sevilla, Guipúzcoa, Madrid, Alía… pero también entre Suiza, Malta, Luxemburgo y las Islas Vírgenes británicas. Hasta tal punto, que su siguiente aparición pública a finales de la década de 2010, ya en los toros, ya de juzgado en juzgado, con el pelo cano, supuestamente impedido y hasta en silla de ruedas, contrasta brutalmente con aquella mocedad.

Para este reportaje, encontramos otra imagen. Una diferente. Una donde se junta a padre e hijo. Está él treintañero, con traje a medida. Detrás, su padre, José María Aristrain Noain, quien forjó la fortuna familiar. El patriarca había llegado de niño a Ordizia (Guipúzcoa) desde su Argentina natal. Su leyenda dice que comenzó a hacerse rico recogiendo chatarra de la ría. Otros, más audaces, que lo consiguió vendiendo herraduras.

Lo cierto es que se casó con la hija de un empresario del sector del acero. Que sus ingresos crecían a la par que sus vínculos de amistad con la élite del régimen de Franco y sus ministros. También con lazos con el Opus Dei. También tenía aliados socialistas... A finales de los 70, ya estaba oficialmente —Hacienda hizo pública por primera vez su lista de grandes contribuyentes— en el podio de los más ricos del país.

 

UNA MUERTE

SOSPECHOSA

EN CANNES

A su padre lo llamaban el Onassis vasco. Su muerte se produjo a los 69 años, el 20 de mayo de 1986, en un sospechoso accidente aéreo en la Costa Azul. Feneció en Cannes, tras ser amenazado por ETA, y siempre hubo la sombra de la duda de si fue un atentado o no. Su deceso precipitó que José María hijo —y su hermana María Ángeles— recibieran su legado. El benjamín se convirtió en uno de los jóvenes más ricos del planeta con sólo 23 años. Heredó empresas, propiedades, pero también una trama societaria en guaridas fiscales. Tuvo que comenzar su propio andar. Comenzó raudo, a la velocidad de los deportivos que poseía papá, alguno como un Ferrari 250 GTO chasis 5111 valorado en 70 millones de euros.

Sin pausa, los hermanos desarrollaron el mismo desvelo por conservar el anonimato en lo personal y, especialmente, en lo financiero. A ojos del fisco, los hermanos Aristrain no eran esquivos sino escurridizos, no eran discretos, sino presuntos evasores.

María Ángeles siguió su vía, con una maraña de sociedades mercantiles offshore, e inició en 2015 los trámites para regularizar su patrimonio oculto entre Liechtenstein y Suiza, que llegaba a los 50 millones de euros. Se libró así de correr la suerte de su hermano. Él, testarudo y siempre defendiendo que no había hecho nada malo, no quiso pactar con Hacienda ni con el Ministerio Público.

 

SIETE ESCOLTAS

POR SER OBJETIVO

TERRORISTA

El juicio prosigue. Un escolta cuenta su rutina. Sus secretos salen a la luz. Poseía siete miembros de seguridad en España para él y su familia. Se filtra que aún en 2005, ya en los estertores de ETA, aún seguía siendo objetivo de la banda terrorista. Su partida al extranjero la justifica por ese temor. Un miedo que tuvo toda su vida.

Momento clave en la Audiencia. Los letrados de Aristrain presentan un documento de Suiza que le reconoce como contribuyente en su país. Alegan que no puede existir doble tributación. Jaque.

Aristrain situó su residencia oficial en un chalet bautizado como Bonheur en la ciudad suiza de Gstaad, donde han coincidido otros acaudalados españoles como los Botín o los Sainz de Vicuña. Y celebridades como Audrey Hepburn, Clark Gable o Grace Kelly. La prensa suiza la valoró en 70 millones, una de las más caras del país de los más ricos.

Poco a poco fue acumulando inmuebles de alto valor en Madrid y Sevilla, obras de arte, yates —uno de 55 metros de eslora— y una fabulosa colección de coches que controlaba en parte desde Malta y las Islas Vírgenes Británicas, a través de las sociedades Wasp Ltd. e International Restoration Cars Ltd. En cierto momento del proceso, algunos de sus bienes han acabado subastados o malvendidos para sufragar los gastos del proceso judicial aún abierto. El motivo: tiene sus cuentas en España congeladas.

La relación entre José María Aristrain con Luxemburgo y otros países pasarela para la elusión fiscal se remonta a hace cuatro décadas. Desde finales de los 90, Aristrain y sus asesores tenían claro que entonces querían controlar su dinero desde el Gran Ducado. En 1998 crearon la Corporación JMAC BV SARL con el objetivo de situar allí su participación en Aceralia, la metalúrgica estatal privatizada por José María Aznar en la que Aristrain había integrado su potente grupo industrial. Poco después sobrevino la megafusión de Aceralia con sus competidoras Arbed y Usinor, de la que surgió un gigante europeo del ramo.

En 2006 la matriz luxemburguesa de Aristrain reconocía un 5,15% de Arcelor SA y activos de 598 millones, de los que 300 eran un crédito concedido por JP Morgan. Ese mismo año Arcelor se integró en el imperio de la familia india Mittal, y Aristrain conservó en torno a un 2% de la recién nacida ArcelorMittal. Entre octubre de ese año y 2016, JMAC ocupó un asiento en el consejo de administración de la acerera, una tarea que delegó en el banquero genovés Antoine Spillmann.

En el juicio, el ministerio público quiere comprobar que Aristrain forjó una sociedad en Luxemburgo para eludir impuestos. Pide un documento para que lo repase un testigo con un atuendo que parece hecho por un sastre de Kingsman. No lo hallan. Receso. La eficiente secretaria judicial trae a la sala cajas y cajas. Distribuye una decena con pegatinas de la Policía y de la Agencia Tributaria por los asientos vacíos. Son más de 25.000 folios haciendo un rápido cálculo. «Y hay más en el archivo», dicen los responsables de su custodia. Todo para que la respuesta del testigo sea...

—No recuerdo. Mi papel era colateral...


LUXEMBURGO,

‘MON AMOUR’

Las cuentas de su sociedad madre luxemburguesa siempre han estado muy endeudadas. En su último informe disponible, correspondiente al año 2017, un 42% de sus activos (344 millones) eran deudas con bancos. Al cierre de ese año, JMAC era titular de 2,2 millones de acciones de Mittal. Aunque la empresa sigue activa, hace cuatro años, coincidiendo con el recrudecimiento de su proceso judicial, la matriz de los negocios del empresario no presenta ya las cuentas en el Registro Mercantil del Gran Ducado. Luxemburgo, mon amour, cual susurro de la evasión fiscal.


SU FINCA DE 13.081

HECTÁREAS

Empresas de Aristrain figuran en los registros oficiales como titulares de 13.081 hectáreas en terrenos cinegéticos en Alía (Cáceres), El Garrobo (Sevilla), Retamoso (Toledo), ocupando el puesto número 13 entre grandes terratenientes del país según la investigación Los dueños de la caza, publicada en 2020 por EL MUNDO.

En 2018, este periódico cifró su fortuna en 950 millones de euros. Forbes, en su ranking actualizado día a día, sitúa su fortuna en 1.100 millones de dólares y lo coloca en el puesto 2.057 a nivel mundial. La reputada revista económica helvética Bilan asegura que ocupa un lugar entre los 150 más ricos de Suiza. Eso sí, no consiguen cuantificar la magnitud de su poderío: oscilaría entre los 1.000 y los 5.000 millones de francos suizos (de 937 a 4.690 millones de euros). Así de incierto es.

Sin embargo, al igual que en Luxemburgo, hace años que el empresario dejó de rendir cuentas sobre sus empresas en España. La mayor de todas se ubica en el céntrico Edificio Pakea, en San Sebastián, aunque sólo una pequeña leyenda en el telefonillo del bloque, pegado al hotel María Cristina, da una pista de su presencia. Le tocamos la puerta en su momento. Sin suerte. Hoy le tenemos delante...

Más secretos desvelados. Lo hacen las internas. Hablan de sus rutinas. De cómo Aristrain se llevaba a alguna de ellas a Suiza, que allí también tiene un equipo encargado de su residencia. Se escuchan de sedes y casas en las calles Jorge Juan, Castellana, Fernando el Santo... las mejores zonas de Madrid. Donde hoy están los más selectos clubes y las más exclusivas tiendas de moda. También poseyó la manzana casi entera de la embajada británica. Todo es grandilocuente. Como el silencio de Aristrain.

Una de sus hijas hoy maneja las propiedades de los ricos madrileños, la nueva generación de la beautiful people. Isabel declaró a Vanity Fair: «He sido la que más he estado al lado de mi padre. Desde pequeña, me volqué en su tema industrial». Su afán por protegerla a ella y a sus dos hermanos fue otra de las razones de la escapada de su papá. Ella no tiene resentimiento con José María ni siquiera porque dejó de pagarle la pensión a su madre, María Palma.


TOROS, SILENCIO

Y DESPEDIDA

El matrimonio, cuando aún estaba unido, compró la ganadería de Jiménez Prieto, en Casa Toril, una finca de El Garrobo (Sevilla). Palma era hija de un conocido cronista taurino fallecido en 2019, amigo de Paco Camino y El Litri. Reside en Sevilla y se dedica a la cría de ganado de lidia. El primer toro de su divisa lo mató Espartaco. Se divorciaron en 2003.

Jueves 21 de octubre de 2021. En la primera planta de la Audiencia Provincial de Madrid, José María Aristrain está citado para responder preguntas. Son las 10 de la mañana.

—No soy autor de los hechos que se me imputan. Me acojo al derecho a no declarar...

Eso suelta el milmillonario. Convierte su declaración en inane. Confirma que no se va a rendir. Y que va a llevar su caso hasta la última instancia. Se acepta que se retire, aceptando su ausencia a partir de ahora. Sus médicos le aconsejan no someterse a un estrés continuado. Parte bien asido a sus muletas. Se va con el rostro seco, de águila de cetrería.

Fuente: http://rsocial.elmundo.orbyt.es/epaper/xml_epaper/El%20Mundo/24_10_2021/pla_25589_Madrid/xml_arts/art_47238282.xml?SHARE=6C23C0F29C6C4F158F7CA6264B486305BDA3FB840604A0EB6F6D69F564D44B8721D8BCD7DAFDA449D74C92CEC88C028D06D86DCB4663D2FED61B479D2859074596372065FBB9BAE34C6C88873CA5FD972B8A60A9451C5CDD5D9FD0F167660001